Cirrosis hepática en en Madrid

La cirrosis hepática es una enfermedad crónica del hígado que se caracteriza por el reemplazo del tejido hepático sano por tejido cicatricial (fibrosis). Esta condición se desarrolla lentamente a lo largo del tiempo y puede ser causada por varias afecciones, siendo las más comunes la hepatitis crónica (especialmente la hepatitis B y C), el consumo excesivo de alcohol, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y las enfermedades autoinmunes del hígado.

A medida que la cirrosis hepática progresa, el tejido cicatricial dificulta el funcionamiento normal del hígado. El hígado es un órgano vital que desempeña muchas funciones importantes, como la producción de proteínas, la desintoxicación de sustancias dañinas, la producción de bilis y la metabolización de nutrientes. Cuando el hígado está dañado por la cirrosis, puede producir una serie de complicaciones graves, como insuficiencia hepática, hipertensión portal (aumento de la presión en la vena porta), ascitis (acumulación de líquido en el abdomen), encefalopatía hepática (deterioro cognitivo debido a la acumulación de toxinas) y desarrollo de cáncer de hígado.

Síntomas de la cirrosis hepática

Los síntomas de la cirrosis hepática pueden variar en cada persona y en las etapas iniciales de la enfermedad pueden ser leves o incluso inexistentes. A medida que la enfermedad progresa, pueden aparecer síntomas como fatiga, debilidad, pérdida de apetito, pérdida de peso, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), retención de líquidos, picazón en la piel, hemorragias y hematomas con facilidad, confusión mental y cambios en la personalidad.

Diagnóstico y tratamiento de la cirrosis hepática

El diagnóstico de la cirrosis hepática se realiza mediante una combinación de evaluación clínica, análisis de sangre para evaluar la función hepática, pruebas de imagen (como ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética) y en algunos casos, biopsia hepática para evaluar el grado de fibrosis y determinar la causa subyacente de la cirrosis.

El tratamiento de la cirrosis hepática se enfoca en controlar los síntomas, prevenir o tratar las complicaciones y manejar las causas subyacentes de la enfermedad. Esto puede incluir cambios en el estilo de vida, como dejar de consumir alcohol, llevar una dieta saludable y controlar el peso corporal. También pueden ser necesarios medicamentos para controlar los síntomas y tratar las complicaciones, así como intervenciones médicas o quirúrgicas, como la derivación portosistémica transyugular (TIPS) para tratar la hipertensión portal.

Es importante destacar que la cirrosis hepática es una enfermedad crónica y, en muchos casos, irreversible. Sin embargo, con un manejo adecuado, se puede ralentizar su progresión y mejorar la calidad de vida del paciente. Un enfoque multidisciplinario con la participación de médicos especialistas, dietistas, hepatólogos y otros profesionales de la salud es fundamental para el cuidado integral de los pacientes con cirrosis hepática.

Pide cita ya

¿Buscas un especialista de Cirrosis hepática en Madrid?

Pide cita con el equipo especialista del Dr. Cristian Sierra